jueves, 10 de mayo de 2018




La mayor bomba atómica de Corea del Norte deforma una montaña y desvela su secretos

Imágenes por satélite permiten reconstruir el impacto de la explosión de septiembre, que tuvo la potencia de 16 bombas como la de Hiroshima





Kim Jong-un, segundo por la derecha, celebra tras una prueba de misiles de largo alcance en una imagen difundida el 16 de septiembre de 2017.
Kim Jong-un, segundo por la derecha, celebra tras una prueba de misiles de largo alcance en una imagen difundida el 16 de septiembre de 2017. AFP/GETTY

Hay bombas que mueven montañas. Literalmente. El pasado 3 de septiembre se detectó un movimiento sísmico en Corea del Norte de 6.3 seguido de otro de menor magnitud ocho minutos y medio después. La dictadura de Kim Jong-un confirmó que había detonado una bomba nuclear, probablemente en sus instalaciones de Punggye-ri, un secreto entramado de túneles y cámaras excavados bajo el monte Mantap, donde ya se habían probado otros cinco artefactos atómicos desde 2006. El anuncio hizo saltar todas las alarmas al tratarse de una detonación 10 veces más potente que las anteriores. El segundo temblor pudo deberse al derrumbe de los túneles, aunque los datos de los detectores sísmicos no bastaban para saber qué había sucedido exactamente.
“La explosión fue tan grande que las señales sísmicas eran muy diferentes a todas las anteriores, lo que hizo muy difícil localizar la posición exacta”, explica Steven Gibbons, geofísico de Norsar, en Noruega, una red sísmica que participa en el Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares. “Las ondas sísmicas avanzan por el terreno a miles de metros por segundo. Medir la distancia entre dos de ellas en la misma montaña, a apenas unos cientos de metros entre sí, implica que tenemos que medir con precisión diferencias de milésimas de segundo, lo que puede ser imposible, sobre todo cuando hay múltiples ecos producidos por las laderas de la montaña”, añade.
Pasados ocho meses, el régimen de Corea del Norte ha dado pasos hacia un posible desarme nuclear, pero el trabajo detectivesco sobre la potencia real de sus armas no ha cesado. Un nuevo estudio publicado hoy aborda el problema gracias a imágenes de radar tomadas por el satélite alemán TerraSAR-X. Los resultados, publicados en Science, apuntan a que la explosión sacudió el monte Mantap hasta 3,5 metros en el plano horizontal, un efecto que puede apreciarse claramente en las imágenes facilitadas por Airbus, fabricante del satélite.